martes, 15 de marzo de 2011

Selectividad I



Estoy muy quemada, y ojalá pudiera encontrarme de frente al culpable, porque iba a compartir con él algunas de mis reflexiones. Todo desde la paz y el amor, claro.

El año pasado ha cambiado el sistema de selectividad. Antes teníamos 6 exámenes obligatorios, en total puntuaban hasta 10. Teníamos los generales (Historia, Lengua, etc.) y también los específicos de cada bachillerato (en mi caso, Biología, Química y Matemáticas). Y todos obligatorios, repito.

Y podías obtener una nota máxima de 10, que sería un 40% de tu nota total, mientras que la media de las notas de Bachillerato es un 60%.
Bien, yo este proceso lo realicé con bastante éxito hace 5 años, en 2006. Y antes hacías Selectividad y la nota quedaba guardada hasta el final de los días.

Bueno, en 2009 a alguien se le ocurrió la más que maravillosa idea de cambiar la Selectividad. Creo que sigue siendo un 40% de la nota total... pero ahora tiene 2 fases, una general y otra específica. La fase general es obligatoria para todos los que deseen acceder a la universidad y consta de una prueba de aquellas materias comunes a todos los bachilleratos (esto es, Historia, Lengua, etc.)
La fase específica es OPTATIVA, pero se recomienda que la hagan todos aquellas personas que quieran acceder a carreras que tengan problemas con las plazas y por lo tanto tengan notas de corte. Esta fase específica consiste en 2 exámenes de materias específicas de cada bachillerato que permiten subir hasta 4 puntos la nota (a grosso modo, no es exactamente esto, pero sí). Es decir, la Selectividad ahora puntúa hasta 14.

Hasta aquí bueno. Siempre poniéndoselo más fácil a las generaciones venideras, para que no se traumaticen de tanto estudiar.
Y diréis bueno, que conviertan la nota de tus exámenes generales en la nota de la fase general y la nota de tus exámenes específicos en la nota de la fase específica. Eso sería lo lógico.
Pues bien, ¡NO! Bueno, o mejor dicho, eso hicieron el año pasado. Ahora, la totalidad de mi nota es la fase general y si quiero puntuar hasta 14 (para entrar en una carrera que tenga nota de corte, repito) tengo que EXAMINARME DE LA FASE ESPECÍFICA. De Química y Biología. Que ya me examiné de ellas hace 5 años.

Manda huevos. Si alguien lo entiende que me lo diga.
[**Mojándolo todo...**] al menos...
Foto: A ver si empieza a hacer bueno de una santa vez

jueves, 10 de marzo de 2011

El orgasmo del gafapasta


Diréis que soy yo la que tiene manía a los gafapasta.

Gafapasta: dícese del intelectualoide cultureta. Cada vez más extendido porque ahora precisamente es moda llevar gafas con montura de pasta en este estilo.

Diréis que soy yo la que tiene manía a los gafapasta. Buen, pues no, suposición errónea. Meec. Hay un cierto tipo de gafapasta entrañable, despistadillo, desaliñado, el genuino, vamos, que es un friki normalito, y que me encanta.

Pero hay otro tipo con el que es cierto que no puedo. Ése que se piensa superior a los demás y así lo demuestra. Que lo cree, no que lo sea.

La verdad es que yo normalmente me he encontrado con hombres de este tipo. Aunque supongo que también habrá mujeres. Y normalmente eran más bien poco agraciados. Que también los habrá guapérrimos, no lo discuto. El caso es que un buen día se compran unas gafas de montura de pasta, se miran al espejo y se dan cuenta de que tienen un cierto aire intelectual. Y se dicen en voz alta: "ey, parezco un intelectual". Y así empiezan. Y al final las gafapasta se adueñan de su personalidad, empiezan a mirar a la gente por encima de ellas; sólo leen libros de Kafka y Murakami y únicamente ven cine de autor.

Bien, todos estos prolegómenos eran sólo para poneros en situación y que entendiérais de dónde surge el gafapastismo, tendencia en auge.

Al grano. El grano es que el otro día asistí a una conversación que ni siquiera podía creer que fuera real. Tres o cuatro personas con gafas de esas, las manos regodetas y gesticulantes, se disputaban el título de freak del día en una vehemente discusión sobre si al protagonista de Los 400 golpes de Truffaut le quería o no su madre. Casi llega la sangre al río.

Claro, predicamos la filosofía postmoderna en la que todo vale, cada cabeza cada sentencia, todas las opiniones son válidas y no vamos a juzgar porque todo nos parece bien, somos pacíficos y tolerantes; pero montamos un señor pollo (por no decir un pollazo) porque no podemos ponernos de acuerdo en una cosa que es de por sí SUBJETIVA. Aquí cada uno quiere llevar el agua a su molino, y esta discusión estaba siendo el orgasmo del gafapasta por antonomasia.

El resto de los asistentes a esta pantomima nos mirábamos estupefactos y pensábamos en la cantidad de cosas realmente importantes que ocurren en el mundo, que pasan y no deberían pasar, y que asumimos como normales y no nos paramos a pensar y mucho menos a discutir sobre ellas.

A veces los árboles no nos dejan ver el bosque y nos perdemos en los detalles. Esa conversación fue el culmen del gafapastismo.


Mi comentario es pedante, no muy agudo ni incisivo y demasiado largo. Pero al menos no miro a nadie por encima de las gafas. Y eso que son de pasta desde antes de que se llevaran. Y el de Los 400 golpes lo que necesitaba era una hostia a tiempo.




[**Hoy es uno de esos días en que mandaría todo a hacer puñetas. Incluso firmaría con placer el acta de mi rendición.**]

Foto: Parco Cavalieri di Vittorio Veneto

miércoles, 9 de marzo de 2011

MEDIO MUNDO HABLA DEL OTRO MEDIO


Qué más da que seas bueno, que importa que lo aparentes, que te preocupes y cuides todo al mínimo detalle...da igual... “Medio mundo habla del otro medio” es inevitable y vivimos en un error si pensamos lo contrario, siempre vas a ser el centro de una crítica (da igual constructiva o destructiva) al fin y al cabo alguien va hablar de ti ¿Por qué? Porque existes, porque nadie puede pasar por la vida de puntillas y si lo haces (O lo consigues) ¿Realmente estás vivo? Somos lo que somos, somos quién somos por aquella gente que nos rodea, ellos, todos forman la sociedad, nuestro entorno... amigos y enemigos, conocidos y desconocidos. El ser humano es un ser social que vive en sociedad y se forma en consecuencia a sus actos, a sus semejantes, a aquellos que está a su alrededor, con una educación; Sin embargo no debemos dejar que nos afecte como algo negativo sino aquello que nos hace crecer y formarnos como seres humanos, llenos de amor que al fin y al cabo es lo que nos queda.



Emblema de la Real Academia Española
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA
hablar.

(Del lat. coloq. fabulāri).

1. intr. Articular, proferir palabras para darse a entender.

2. intr. Dicho de ciertas aves: Imitar las articulaciones de la voz humana.

3. intr. Dicho de una persona: Comunicarse con otra u otras por medio de palabras. Ayer hablé largamente con don Pedro.

4. intr. Pronunciar un discurso u oración. Mañana hablará en las Cortes el ministro de Hacienda.

5. intr. Tratar, convenir, concertar. U. t. c. prnl.

6. intr. Expresarse de uno u otro modo. Hablar bien o mal. Hablar elocuentemente. Hablar como el vulgo.

7. intr. Manifestar, en lo que se dice, cortesía o benevolencia, o al contrario, o bien emitir opiniones favorables o adversas acerca de personas o cosas. Hablar BIEN o MAL.

8. intr. Razonar, o tratar de algo platicando. Hablar DE negocios, DE artes, DE literatura.

9. intr. Tratar de algo por escrito. Los autores antiguos no hablan de esta materia.

10. intr. Dirigir la palabra a alguien. El rey habló a todos los presentes. Nadie le hablará antes que yo.

11. intr. Tener relaciones amorosas con otra persona. Gil habla con Juana.

12. intr. Murmurar o criticar. El que más habla es el que más tiene por qué callar.

13. intr. Rogar, interceder por alguien.

14. intr. Explicarse o darse a entender por medio distinto del de la palabra. Hablar por señas.

15. intr. Dar a entender algo de cualquier modo que sea. En el mundo todo habla de Dios.

16. intr. U. para encarecer el modo de sonar un instrumento con gran arte y expresión. Toca la guitarra, que la hace hablar.

17. tr. Emplear uno u otro idioma para darse a entender. Habla francés. Habla italiano y alemán.

18. tr. Decir algunas cosas especialmente buenas o malas. Hablar pestes. Hablar maravillas.

19. prnl. Comunicarse, tratarse de palabra con alguien. Antonio y Juan se hablaron ayer en el teatro. Tu hermano y yo nos hemos hablado algunas veces.

20. prnl. Dicho de una persona: No tratarse con otra, por haberse enemistado con ella, o tenerla en menos. U. con neg.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Oceano Mare 2.0



Un hombre que es extraño desde el nombre (Ismael Adelante Ismael) hasta su profesión: estudiante de los límites de la naturaleza.
Una joven con nombre de hada, Elisewin, destinada a ser una farfalla notturna que en cambio debe esforzarse en convertirse en mujer.
Algo me dice que estos dos en Oceano Mare de Alessandro Baricco están destinados a encontrarse.

No sólo se encuentran ellos sino también unos cuantos personajes más en la locanda Almayer, ése lugar destinado a la gente que sabe de dónde viene pero no a dónde va, gente con hábitos extraños que busca soluciones a sus búsquedas. Que encuentra en el de al lado un complemento, una pieza más de su puzzle.

Aprender a vivir es lo que todos intentamos. Esperan. ¿A qué? Ellos, a encontrar el principio del mar, que está en sus ojos; o sus límites. Ella, a que su amante venga a buscarla. La otra, a que la cure el mar. En ese ambiente mágico, todos esperan algo que los devuelva a la vida, que los entregue a la felicidad. Y ¿no es éso lo que hacemos todos? Buscamos piezas que completen nuestro puzzle. A la orilla del mar, que es la muerte, bordeándola, paseando a su vera, esperamos. Esperamos algo que nos haga sentirnos vivos antes de que nos arrastre la tempestad. ¿Qué esperamos?
Esperamos a que aparezca el amor de nuestra vida, a acabar la carrera, a encontrar trabajo, a casarnos, a tener hijos, a que nuestros hijos se hagan mayores, acaben la carrera y a su vez tengan hijos. Sin comprender que no podemos esperar a la felicidad, que la felicidad es hoy y tenemos que salir en su búsqueda.

Eso hace Elisewin. Sale a buscar la felicidad, ya que no puede tenerla donde está. Sale a diseminarla, por todas partes, a quien la necesita. Dar es recibir.
Otros no se deciden a moverse y prefieren quedarse en la comodidad de una vida tranquila, sentimientos estándar.
A otros la felicidad los golpea en la cara al manifestarse, como a Bartleboom. Pero el destino es de los audaces y no hay como perseguir un sueño para conseguir alcanzarlo. O no. Lo importante es el camino, que a veces se deshace.


A volte la strada si disfa. Così, semplicemente, senza preavviso. E dobbiamo ritrovarla oppure inventare una strada nuova, un nuovo sentiero.



[**Più ti guardo, meno lo capisco da che posto vieni... chi ti ha dato tutta la dolcezza ti voleva bene**]


Foto: Raxó 1.0