Quién habló que no calló...

Si pensara dos veces antes de hablar, no diría ni la mitad de las cosas que digo. 


Lo bueno de escribir es eso, que puedes pensarlas dos veces, y hasta más :)

Tornata

Una princesita me ha dicho que tengo que retomar mis aficiones y esta es una de ellas. Además, otra buena amiga me ha repetido por activa y por pasiva que le encanta leernos. Así que, después de este largo descanso, aquí me tenéis de nuevo. 


RuRru, tu entrada anterior me conmovió hasta las lágrimas, pero no me siento capaz hoy de devolvértelo, por mucho que te eche de menos, por mucho que me lo pase bien contigo, porque me he convertido en una persona seria y aburrida, cuerda, sin hacer esas locuras tan características nuestras. Pero bueno, es que no sólo yo he cambiado, el mundo ha cambiado a frío e inhóspito. La desilusión ha arraigado en mí como la mala hierba. 


Pero ese no es el tema. A ver si encima de que vuelvo, voy a hacerlo con ese ánimo. No, no. 
Todo el día con la maleta, de arriba para abajo, parezco una fugitiva. Pero no, no estoy huyendo de nada, al revés, corro al encuentro de quien me espera con ansia. Los fines de semana son remansos en la tempestad de esta crisis. Económica, existencial, etc., etc. 


No estoy de humor, parece. Pero he vuelto. Y esta vez, para quedarme.