Así que el problema es que no tengo una estrategia. Recientemente me he dado cuenta de que, paradójicamente, el amor es la guerra y hace falta seguir una estrategia para llevarlo a buen fin. Bueno, quizá no estemos hablando del amor sino de encontrar una pareja. Digamos que la cosa va más o menos unida para las mujeres.
La cosa es que para los hombres no. Para ellos el sexo y el interés están tan indisolublemente unidos como separados del amor. Que sólo quieren follar, vamos. Pero ni siquiera ellos pueden escapar de las flechas de Cupido, ese enano cagón. El coup de foudre puede, en este caso, no ser tal y manifestarse después.
La eterna pregunta es ¿hago lo que me apetece -porque a las mujeres también nos gusta el sexo- y quedo como una guarra y no me vuelve a llamar, o bien me hago la estrecha -porque ancha es Castilla...- y me arriesgo a que pierda el interés poco a poco?
La opción de sexo de primeras sólo tiene una salida (sí, y un salido... no, no, reconduzco), y es que te vea como un mero... bueno, digamos que seguramente no se plantee casarse contigo. Y esto suena machista y estúpido en esta sociedad evolucionada, y las más machistas somos las mujeres y blablabla... pero es verdad.
El no dárselo enseguida (que al fin y al cabo es lo que llevan toda la vida diciendo nuestras madres), en cambio, plantea dos alternativas: o tiene mucho amor propio y mantienen el interés o deciden que eres demasiado difícil y a otra cosa mariposa. En el primer caso, puede que después de un tiempo deje de mirarte las tetas y el culo y empiece a mirarte a los ojos y a pensar que tienes algo detrás del flequillo... y eso sí puede favorecer la aparición del susodicho enano cagón.
Las protagonistas de Sex In The City (al margen de mi opinión personal sobre la serie y los valores que transmite o deja de transmitir) tienen cada una su filosofía y estrategia, pero están de acuerdo en que cuando alguien te importa no puedes dedicarte enseguida al sexo desenfrenado.
Todo esto es teoría... y en la práctica nunca están tan claras las opciones. Según mis amigos hombres, ellos son mucho más simples que todo esto y las que nos hacemos un lío somos nosotras.
El caso es que para empezar una relación parece que hay que tener mucha práctica y mucha paciencia; que parece ser que hay muchos peces en el mar pero que para pescarlos hay que conocer ciertas técnicas y que si me hubieran enseñado a jugar al ajedrez de pequeña estoy segura de que ahora mismo podría prever los movimientos de mi "adversario" a más largo plazo que ¿me llamará mañana? Bueno, pues si no que le den.
Foto: Po
[**On me dit que le destin se moque bien de nous, qu'il ne nous donne rien et qu'il nous promet tout; parait qu'le bonheur est à portée de main, alors on tend la main et on se retrouve fou**]
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