¿Cómo saber si lo que hacemos es lo correcto? Si elegimos un camino, estamos cerrándonos muchos otros. ¿Dónde estaríamos hoy si hace un año hubiéramos elegido otra cosa? O si la vida nos hubiera dado otra cosa... las circunstancias también nos van moldeando, no todo lo que somos ni lo que nos pasa podemos achacarlo a nuestras decisiones.
Digamos lo que digamos, el camino va apareciendo también por sí mismo, y por lo que los demás construyen en él. Puentes, obstáculos, vallas... amistad, traiciones, una mano amiga... si no nos traicionan no nos volvemos desconfiados. Si no nos ayudan no podemos re-confiar. Por mucho que diga Nietzsche, que hay que ser como niños que no viven ni el pasado ni el futuro -porque sin pasado no hay pecado y sin futuro no hay esperanza- yo creo que tanto vale el pasado como el futuro. Y que si tengo que sentir mis errores del pasado, queda compensado con la esperanza que me produce el futuro.
Aunque no tenga pleno control sobre la vida. Pero confío. A pesar de las traiciones, o precisamente por ellas. Llámalo el consuelo de los tontos. Llámalo como quieras. Confío.
**Las cosas pasaron tan deprisa, los recuerdos tan despacio**
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