Perdona si no soy común, simple, vulgar y no veo las cosas cómo tu las ves. Perdona por equivocarme y no querer vivir mi vida de una manera sabiendo que voy a fracasar de antemano, perdona si voy buscando fuera lo que no pude encontrar aquí -el vacío de un grupo de charlatanes soltando banalidades por su boca y haciendo las mieles de miles de espectadores-, perdona si no me creo lo que me cuentan, y por dejar atrás los mitos, perdona por ser de una generación que se confunde y pide perdón y no tiene porque vivir con la cabeza agachada por miedo al que dirán -porque lo que pensase el vecino se suponía que era historia-, perdona por pensar que me conocías, perdona por creer que confiabas en mí, perdona por aprender aquello que creí que tu me enseñabas, perdona por no sacar los cojones en su momento, perdona por no imponerme, perdona por pedirte permiso y pedirte perdón, perdona pero hoy se me cayó el mito, perdona pero voy a vivir mi vida y no la tuya.
Foto: Muchacha en la ventana de Salvador Dalí, de 1925
Anda que menos mal que sacas tú esto adelante, porque si ahora mismo dependiese de mí íbamos listos
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