Cuando una niña es fea, esperamos que al menos sea graciosa... hasta que llega a la adolescencia, y entonces nos afanamos en convertirla en una princesita, pues es cuando las mujeres más necesitan una inyección de autoestima que las reafirmará en sus posiciones hasta el fin de sus días.
Es por eso que llegan las ortodoncias, mal menor temporal teniendo en cuenta la sonrisa perfecta del futuro; las lentillas; los cortes de pelo favorecedores; el estudio de la ropa que mejor sienta a cada cuerpo... incluso la dieta si a mal no viene. Y... digamos que a veces se deja pasar el que usen un poco demasiado maquillaje.
El patito feo se disfraza de cisne y, aunque el hábito no haga al monje, le ayuda a parecerlo y a creerse que lo es.
El problema llega después, cuando por fin el patito se convierte en cisne... pero no puede prescindir del disfraz porque sin él no se siente seguro. Y un cisne vestido de cisne nos deja una recalcitrante redundancia, son jóvenes y bellas mujeres -pues casi todas las mujeres son bellas si saben creer en sí mismas sin ser engreídas- maquilladas en exceso, con tacones demasiado altos, vestidas como mujeres de mucha más edad, perfumadas a morir...
Y ¿dónde queda la belleza y la espontaneidad de una edad que no necesita artificios? ¿Cómo van a seguir manteniendo la pose, el tipo y la belleza años después? Así, el asunto se bifurca en dos tipos de mujeres: las que parece que siempre tienen la misma edad, desde los 20 a los 45 (unos 30, treinta y pico) y las que envejecen más rápido de lo debido...
Crecer en su momento, saber envejecer a su tiempo... no diré que la arruga es bella, pero sí lo es si enmarca una sonrisa o unos ojos que hablan, mucho más que la expresión inexpresiva (valga la paradoja) de quien se niega a arrugarse y hace uso de esas artimañas que engañan tanto a la edad física como a la sabiduría que debería acompañarla.
Los Cisnes tienen que saber comportarse como tal... aunque a la que conocemos es a la Abuela Sauce y no a la Abuela Cisne...
[**Pourquoi faires ce tas de plaisirs, de frissons, de caresses, de pauvres promesses?**]
Foto: Vicino vicino... Torino
tienes más razón que un santo y es que cuesta a veces sacar el cisne que llevamos dentro...por tantos y tantos motivos
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